Fundación José María de Llanos

Carta del Presidente de la Fundación

Amigas y amigos

La Fundación José María de Llanos nació hace más de 60 años con el impulso a la acción social que el propio Padre Llanos desarrolló desde su llegada al Pozo del Tío Raimundo en el año 1955. La tarea que la Fundación desarrolla en la actualidad es esencialmente pues una continuación y desarrollo de la inicial idea: ofrecer a la población oportunidades de mejorar su formación y educación, su inserción social y laboral y, en definitiva, su vida y la de los suyos.

Actualmente, la Fundación cuenta con diferentes centros y proyectos de intervención dedicados a la acción social y a la acción educativa y formativa.

En cuanto a la acción social, la Fundación puso en marcha el año 2013 el Espacio Mujer Madrid (EMMA), un centro de intervención con mujeres dedicado a la acogida, acompañamiento, atención individual y formación de mujeres de nuestra ciudad y, especialmente de nuestro entorno: Alojamientos para mujeres y sus hijos/as en situación de vulnerabilidad, formación y empleo desde un enfoque de género y un servicio de atención integral, son los tres ejes que prestan prioritaria atención a mujeres en situación de vulnerabilidad, especialmente víctimas de la violencia de género. Sin embargo, es un centro abierto al barrio y a su entorno, y en donde se acogen acciones y eventos destinados al conjunto de la ciudadanía de carácter cultural o social.

La función educativa y formativa, la primera que tuvo la Fundación, se reparte entre varios centros. Por un lado, el Centro de Educación Secundaria y Formación Profesional “1º de Mayo”, que procede de la inicial Escuela Profesional que arrancó en 1961 y que actualmente ofrece Educación Secundaria, Ciclos de Grado Medio y Formación Profesional Básica a más de 500 alumnos y alumnas. 

Por otro lado, la Escuela de Hostelería del Sur que desarrolla su actividad formativa especializada en el sector HORECA destinada a personas en situación de desempleo, y el Centro de Estudios Profesionales, que lo hace a través de una oferta anual de Certificados de Profesionalidad, y por las que anualmente pasan unas 300 personas.

Por último, pero no por ello menos importante, en la Escuela Infantil “Borja” se atienden a más de 120 niños y niñas de 0-3 años. Es un proyecto educativo para edades tempranas y que tiene sus orígenes en el propio nacimiento de la Fundación. Fue la primera del entorno y es referente en el distrito de Puente de Vallecas como un proyecto que permitió la conciliación de las familias trabajadoras de los años 60.

Esta es la Fundación del presente y sus raíces en un pasado muy difícil e injusto, social y económicamente. Hoy nuestra memoria nos ayuda a tratar de estar a la altura de los retos y obstáculos que se presentan en nuestro entorno, algunos novedosos, otros desgraciadamente, muy similares a los de aquellos años 60, si no en su forma, sí en sus consecuencias. 

El Distrito de Puente de Vallecas (Entrevías-El Pozo) no ha dejado de ser una parte de la ciudad de Madrid que sigue arrastrando carencias y dificultades: falta de expectativas laborales y culturales, absentismo escolar, incidencia de la violencia de género, desestructuración familiar y falta de articulación social… en definitiva, falta de medios y oportunidades para elaborar un proyecto de futuro. Sin embargo, en su ciudadanía, perviven los valores humanos que convirtieron el barrio en un referente de ideas y movimientos sociales por la democracia, por el desarrollo y la dignidad humana.

En la actualidad enfrentamos retos de nuestro tiempo: mejorar la atención educativa/formativa de las personas más jóvenes, dando instrumentos que les sirvan para mejorar y aspirar siempre a lograr sus metas. Lograr avanzar en la erradicación de las discriminaciones y la desigualdad entre mujeres y hombres. Mejorar la gestión interna de nuestros centros para que sean sostenibles en el tiempo y eficientes y respetuosas con el medioambiente. Promover avances y mejoras tecnológicas y digitales para que las personas que tienen más dificultades tengan más y mejores medios. En definitiva, ofrecer oportunidades y herramientas para el impulso de proyectos de vida transformadores.

La Fundación no ha dejado de ser parte de esas aspiraciones humanas que encarnó su fundador y que hoy perviven en nuestro ideario y en las esperanzas y sueños de su ciudadanía. Trabajamos con los retos que nos marca la época que nos ha tocado vivir y asumimos con responsabilidad el espíritu que nos ha sido legado.